domingo, noviembre 25, 2007

Día 105, domingo

Una buena forma de darse cuenta de qué tan solo está uno en la vida es dedicarse a caminar y caminar por la madrugada, con la mirada perdida entre las luces que nos devuelve la ciudad, el movimiento y los sonidos: el iris de tus ojos se dilata al máximo y entra la mayor cantidad de luz posible. Uno piensa muchas cosas caminando de madrugada. Anoche yo tuve una idea para una serie de televisión dramática: esta era la historia de un chico que era incapaz de amar. Pensé que también podía ser una buena idea para explorar otro tipo de personalidades que me interesan: habría un personaje que sería el obsesivo compulsivo, habría otro con serias intensiones autodestructivas y uno que convive con la ilusión de algún día encontrar el amor. La idea de esta serie terminó cuando me vi a mí mismo caminando sin ningún motivo aparente por una ciudad llena de luces y sonidos.